Si es importante comer de todo, igual de importante es saber cocinar. Comer de todo no es suficiente para una dieta saludable, debe acompañarse de unos métodos de cocción que también sea saludable.
Hay que tener en cuenta cómo cocinar los alimentos para que mantengan sus nutrientes, sigan siendo saludables y no se carguen de "calorías" extra:
- No es lo mismo comer carne o un pescado a la plancha o al valor que rebozado.
- Comer ensaladilla rusa con un montón de mayonesa no es lo mismo que comer verdura hervida, salteada o al vapor.
- Comer legumbres puede variar si se cocina en plan "cocido" (bien cargado de chorizo, grasas...) que legumbres cocidas o salteadas.
- Unos macarrones están muy buenos con un buen sofrito y gratinados y con tomate triturado comprado, que unos macarrones con una salsa más casera y con menos aceites y grasas.
Hay que vigilar los métodos de cocción. No hay porque prohibir los fritos y rebozados, pero hay que reducir su consumo (aunque sea a veces más sabroso). Hay que optar por métodos que respeten más los sabores y nutrientes de los productos.
También hay que vigilar con los productos que compramos. Hay que leer bien sus etiquetas y valores nutricionales ya que muchas veces esconden azúcares, grasas en cuyos empaquetados se pueden leer claramente propiedades muy saludables. Un ejemplo sería que hay azúcares en botes de tomate, pan de molde y en productos que nos sorprenderían. Quizá es preferible dedicar un tiempo a cocinar de manera más casero y evitar esos productos que nos ahorran tiempo pero nos regalan nutrientes secretos poco beneficiosos.
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